Mucho se consume esta bebida alcohólica, sola y en multitud de combinados, pero poco conocemos sobre sus orígenes. Las historias ficticias sobre el ron han ido de fábula para las películas de piratas y el mar Caribe, pero en verdad, es más el mito y la leyenda, que la realidad de este brebaje. El auténtico principio de este aguardiente se encuentra ligado al del cultivo de la caña de azúcar, base para su elaboración y, como decíamos, aunque se ha asociado a una planta originaria de América, lo cierto es que la caña de azúcar procede del sudeste asiático, desde donde se expandió a través de mercaderes chinos.
En los próximos artículos de nuestro blog, Drink Vallès, vamos a descubrir la historia del ron y sus inicios, para que, cuando os preparéis ese coctel o combinado con él, sepáis de su procedencia y sorprendáis a quienes la desconozcan con el relato real, y no el que se mantiene instaurado en el imaginario de la mayoría, gracias a los films hollywoodienses que han sentado las erróneas creencias de un ron, originariamente, caribeño, ligado a marineros y bucaneros surcando el océano.
Los orígenes asiáticos del ron
En tiempos de Alejandro Magno, rey de Macedonia (desde 336 a. C.), es conocido que sus soldados ya sabían cómo obtener miel de la caña de azúcar, prensándola para extraer un jugo que luego calentaban hasta su evaporación. Un antiguo truco que habían aprendido durante sus campañas por la India; bebidas muy antiguas destiladas a partir de la caña de azúcar que provenían de esa herencia china. Y una teoría que años después quedaría reforzada por los relatos del mercader veneciano, Marco Polo, quien decía haber probado un vino hecho de azúcar.
Aquí, en nuestro país, la caña de azúcar fue introducida por los musulmanes a partir del siglo VI. Su conocimiento de ésta y la producción de una bebida con ella les llegó tras el salto al continente dos siglos atrás.
Historias de piratas
La base escrita más antigua que se tiene del ron, ya bautizado como tal “rum” por ingleses, fecha del 1650, cuando aparece en unos documentos de Barbados. En realidad, era la abreviatura de rumbuillon, el nombre completo por el que se lo llamaba antiguamente. También fue conocido como kill-devil, (matar al diablo) lo que nos da una idea de lo fuerte que era este aguardiente en sus inicios.
Los primeros -y mejores- representantes comerciales de esta nueva bebida, quienes permitieron que ésta se expandiera y se diera a conocer, fueron los corsarios. Estos eran navegantes autorizados por el gobierno de su comunidad para atacar y saquear las rutas mercantes de las naciones enemigas. Piratas que, obviamente, bebían mucho del ron que comercializaban, y aprovechaban el comercio para hacer contrabando, llevando esta bebida y su reputación por todas las colonias.
Las historias también cuentan, para los fans del famoso mojito, que fue precisamente un reconocido corsario inglés, Francis Drake, quien lo inventó al mezclar en la ración de aguardiente de su tripulación azúcar, limón y hierbabuena para combatir el escorbuto (enfermedad causada por la falta de vitamina C) en las largas travesías en alta mar.