Cuando pensamos en bebidas saludables, se nos viene a la mente la bebida indispensable que nuestro organismo necesita para sobrevivir: el agua. Ésta, o todo tipo de néctares que incluyan un amplio porcentaje de ella, como son los zumos naturales, por ejemplo. No obstante, muchos estudios realizados sobre este hecho han desvelado que otro tipo de líquidos, a priori, menos saludables, pueden llegar a serlo casi en la misma consideración que las anteriormente citadas. El vino, la cerveza y algunos refrescos se pueden considerar bebidas totalmente sanas.
Aunque parezca difícil de creer…
Como decíamos, aunque pueda parecer que todo tipo de bebidas adulteradas, que contienen azúcares, alcohol y otros componentes perjudiciales para nuestra salud, no podrían incluirse en estos términos; la verdad es que hay bebidas como el vino y la cerveza, que son realmente buenas para el cuerpo y nos aportan todo tipo de beneficios óptimos para nuestra salud.
Se ha comprobado, por ejemplo, que la uva contiene un antioxidante (resveratrol), que tiene propiedades anticancerígenas, que protegen a nuestro corazón, y que nos ayudan a prevenir otras enfermedades, entre ellas la demencia o la ceguera. Por tanto, aunque debemos tener en cuenta que esto se produce en base a dosis moderadas; beber vino (dos copas al día) es una forma adecuada de colaborar de modo saludable con nuestro cuerpo y proporcionarle todo tipo de ventajas, que podéis encontrar en nuestro último post sobre ello.
Y no sólo el vino. La cerveza, otra susodicha bebida que ofrece una connotación más negativa que positiva, es una bebida saludable. Recientes estudios apuntan que sus componentes esenciales retrasan daños degenerativos de las células cerebrales. La cerveza contiene xanthohumol, un antioxidante que reduce el nivel de oxidación por estrés de las células, proceso que está relacionado con las enfermedades degenerativas como la demencia, el Alzhéimer o el Parkinson.
Hablando de refrescos, debemos huir de los que están totalmente compuestos por ingredientes artificiales, colorantes y con altos índices de azúcar. Por el contrario, los refrescos light y bajos en azúcares, son mucho más saludables que los comunes y habituales. Consumir este tipo de bebidas aporta valores energéticos que no afectan ni alteran la cantidad de azúcar que incide en nuestro organismo y, por este motivo, se encuadran dentro de las bebidas saludables junto al agua y lo zumos (muy lógicos) y el vino o la cerveza (menos imaginables).
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